viernes, octubre 12, 2018

Plagio empático.

Desde el doblecheck se acumulan segundos cada uno más infame que el anterior y el valor del tiempo se vuelve un engaño que me digo a mí mismo y que me decís sin decirlo y entre los dos armamos una mentira sólo para mí que crece y fermenta en los minutos que suceden a los segundos y en las horas que siguen se dilata y espesa empujando viscosidades a través de mis venas que te llaman punzando tu nombre en un espacio de tiempo que ya no comprendo porque han sido días los que pasan desde ese doblecheck y el silencio se conforma potente entre los pliegues de una sábana que no me ayuda a dormir y olvidar que hay un mensaje esperando lleno de palabras desoídas que tampoco importaban tanto porque no eran más que un saludo y una invitación a almorzar.


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