Intentemos.
A veces:
Cuando no quiero.
O cuando me imagino despacio,
las incertidumbres que hubiesen sido.
Cuando te oculto:
Inefables palabras.
Y pretendo misterios pequeños,
que se cuelan por entre las sábanas.
Siento que se podría,
Pero no puedo.
Intentaría la risa,
Pero no río.
Tengo las.
Margaritas.
Y la regadera oxidada acumula polvo en un rincón.
1 comentario:
Tu poema se me asemeja a un latir lento de corazón.
Saludos.
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