sábado, febrero 16, 2008

Ascensores

Disculpe señorita, ¿me puedo sentar? Gracias. Es un ratito, igual, nomás. Es que… mire, yo estaba sentado allá, ¿ve? Y la vi, tan bonita y sola… pero no me da para sentarme acá y tratar de sacarle conversación. Yo no tengo temas de conversación.
Mire, yo trabajo diseñando ascensores. Me despierto pensando en ellos, y me acuesto pensando en ellos. Viajo en ellos y los admiro, tengo que subir escaleras y los extraño. Los ascensores son mi todo, y sé que no puedo hablar mucho de ellos porque a la gente le aburre y, porque no decirlo, terminan pensando que estoy loco.
Así que me acerco a usted en este momento sólo para entregarle esta pequeña flor de origami que hice doblando una boleta. No le voy a hablar, sé que jamás mis ascensores lograrían interesarle.
Me despido ahora. Déjeme pagarle la cerveza que se tomó mientras me escuchaba.

Es probable que me cruce con su recuerdo en alguno de los ascensores de mi cabeza.



Tema del Día

15 comentarios:

Anónimo dijo...

En un punto, cuando tenemos la autoestima baja, nos sentimos como ese hombre de los ascensores.
Mi trabajo consiste en la programación de servidores de email y backups sobre Linux. ¿Qué podría ser más aburrido?
Hasta explicado resulta un bodrio. Incluso para los pocos pobres diablos que nos dedicamos al tema.

" - Ah... sos telemarketer."

Yoli dijo...

Me recuerdas un amigo, un conocido más que nada, también escribía, tenía mucho talento, pero no tan irónico, ácido y melancólico como tú... pero gusta, porque uno se encuentra en el medio de todo esto...

Yoli dijo...

Bueno, a parte de todo lo anterior, "he was all over the place"... tenía cuentos, microcuentos, programas y etc. era genial!

Yoli dijo...

Bueno... una de las definiciones de genial: "Placentero, que causa deleite o alegría"; me aclaro: lo genial es que en tu blog me acordé de mi amigo, lo que te agradezco!

La de Mameluco dijo...

Coincido con Fer... además somos tan inseguros que ya damos por sentado que a la otra persona no le va a interasar nuestra historia.
joAco, le recomendás tomarse unas copas y que le confiese algo divertido al hombre de los ascensores??

Calei dijo...

(Anoche soñé que una gorda me robaba en un ascesor)


- Ehh, vayan, yo voy por la escalera.

Smarty Pants dijo...

me enamoré de tu forma de escribir.


yo amo los ascensores.

una vez me tuve que cambiar en uno porque llegaba media hora tarde a la facultad.

Smarty Pants dijo...

pd: es que acabo de descubrir el blog, vió?

Ana Ortiz dijo...

Pobre hombre! Soledad extrema y autoestima en baja. Qué apriete el número de la terraza hacia el amor.

trompeta dijo...

me gusto mucho.

guayi dijo...

siempre he admirado a los hombres por la manera que se imaginan la primera aproximación, yo creo que al decir todo eso la chica al menos estaría interesada en hablar con alguien que su vida es un ascensor!!!!
buena idea...

Anónimo dijo...

El mundo está lleno de pendejas pelotudas que escriben que estuvieron desnudas en un ascensor/auto/cabina de peaje para andar calentando bloggers por ahí y que después les den el msn con las manos llenas de semen y baba.

La de Mameluco dijo...

Anonimo, te doy toda la razón!!! Ya lo había comentado en algún momento, pero en general no me creen.
Sin embargo, también está lleno de anónomos que dejan comentarios de este tipo, estaría bueno saber quien sos y como pensás para abrir el debate. D esta manera es imposible.
Saludos!!

Berenizz dijo...

No se por qué pero me enterneció mucho. Será ese sentido del romanticismo medio pifiado que tengo. Hermoso. Ojalá la señorita vuelva a hablarle al diseñador de ascensores.

Anónimo dijo...

Ando investigando blogs y, como escribí en Vespertine.com.ar, sigo rompiendo mis códigos porque hay que amigarse, ¿no? En fin, y para no hacerlo más largo: me gusta este relato breve, tiene un buen tono, sobre todo por la voz del narrador-personaje, de hecho me parece que esa voz es la que lo hace tierno.
Sigo chusmeando por aqui...