martes, diciembre 26, 2006

-3-

Edwin no salía de su asombro. Se sentía traicionado por Anne Marie, mucho más allá del segundo testamento: desde hacía tres meses, cuando su marido murió, Edwin había hecho grandes esfuerzos para cortejar con naturalidad a la altiva Anne Marie. Hasta entonces, ella se había mostrado fría y calculadora, pero Edwin albergaba en su interior la arbitraria certeza de que esto no era otra cosa que una mascarada para tapar un alma sensible, ingenua y soñadora.
Pero ahora Edwin descubría más malicia de la que un alma así podría haber tenido. Además de haberse enterado de que aún había secretos entre esos finos hombros, y que el corazón que allí estaba, no era tan puro como él creía.

-Querido edwin, no es de ti de quién desconfío- dijo Anne Marie, al notar la desesperación en los ojos de edwin-. Numerosos sobrinos de mi difunto esposo han estado apareciendo buscando tajada de su fortuna, y al enterarse que Pierre tenía una viuda, se han ido bastante enojados. Tengo miedo que conspiren en mi contr

Edwin ahora veía a Anne Marie como un pichón que necesitaba de su viril protección. Se sintió grande y masculino.

-Querida Anne Marie, no debéis preocuparos. Mi caja fuerte es una de las mejores de la ciudad. Además, soy el único que conoce la combinación…
-No, no eres el único.

Edwin puso esa carita de ratón que ponía siempre que se encontraba herido en su buena fe. Cosa que, por cierto, era cada vez más usual.

-No no, mi estimada Anne Marie… Ud. se equivoca. Esa caja ha sido mandada a hacer especialmente a Rótterdam por mi asistente Frédéric, y Ud. sabe que el bueno de Frédéric es incapaz de maldad alguna. Pongo mis manos en el fuego porque Frédéric no ha intentado ni siquiera averiguar como abrir esa caja.
-Lo sé, Edwin- Anne Marie recordó los anchos hombros de Frédéric con nostalgia infinita; desde que se había ido de viaje, la casa estaba cada vez más fría-, hay otra persona que sabe la combinación. Pero eso no importa: más allá del dolor que me produce saberlo capaz de traición, sé que no intentaría robarte.

Edwin, se dejó caer en un sillón, y suspiro largamente. Anne Marie recogió los folios, los acomodó prolijamente, y los guardó en la gaveta nuevamente. Mientras se daba vuelta para ir junto a Edwin, se sorprendió al oír fuertes pasos en el pasillo. Luque abrió la puerta fuera de si, despeinado y sudoroso. Juntó aliento, y trató de sostenerse el pecho que se movía incesante por el latido frenético de su corazón y sus pulmones necesitados de aire.

-Señora Burpbucket- dijo Luque, tratando sobrehumanamente de recuperar su apostura acostumbrada- terribles noticias. Ha llegado el joven Frédéric sumamente herido e inconsciente.

Anne Marie quedo impávida. Luego de tres meses, Frédéric al fin regresaba.
Y casi muerto.

2 comentarios:

Casa Popular "Vientos del Pueblo" dijo...

Era cierto che. Pero no se por qué no podía verla..
Está bueno eso de ir subiendo por capítulo, pero debo admitir que tengo que releer los anteriores si leo algo nuevo para que no se me mezcle todo..
Entre el estilo y los nombres de los personajes me hace acordar a Agatha Cristie, aunque da la impresión de que vos no ponés tu mayor esfuerzo en escribirlo.. jeje
Bueno, eso era todo..

theremin dijo...

No estoy aquí para valorar la calidad literaria de nadie, porque no da y porque no tengo la autoridad para hacerlo. Y porque leo a yanquis simplones que no se hacen demasiado problema por eso. (POR FAVOR LEAN PAUL AUSTER)

Pero fuera de ese tema, esto de ir entregando por capitulos me hace acordar un poco a Misery. Asique querido Joaquín, si te llega a atrapar una enfermera gorda fanática de tus capítulos, sabé que es una buena táctica para conservar la vida y entretenerse al mismo tiempo. ja, un beso.