viernes, febrero 01, 2013

Ese peligro inherente a tu compañía.

Vas a ver que un día te vas a equivocar al mirarme; se te va a correr justito la comisura de una sonrisa cómplice, yo voy a entender cualquier cosa, y se va a ir todo al carajo. Ese día voy a caer; vos vas a dar un paso en falso y yo voy a tirarme al vacío del amor imposible. Un día me vas a dar razones, y yo no me voy a hacer rogar.

Puede que te parés en el lugar equivocado, el sol se meta en tu pelo de la forma incorrecta, y yo decida que no vale la pena oponer resistencia al enamoramiento pelotudo que va a nacerme ese día. Y aunque vos me sigas viendo igual, y aunque yo siga haciendo el chiste de la poronga gorda del payaso del circo, desde ese día, cuando esté contando ese chiste de la poronga gorda del payaso del circo, en realidad voy a estar acariciándote el pelo despeinado con los ojos, acomodándolo detrás de la oreja para que se te vea el cuello que ahora no veo y no puedo dejar de extrañar.

Un día, no sé cuando, me vas a decir "hola" y ese va a ser el "hola" que colme el vaso, y me voy a enamorar perdidamente de vos, de tus cejas y del diámetro de tus talones. Y con esas cartas en la mano me voy a sentar a encontrar un párrafo para sacarte de adentro y no lo voy a encontrar; me voy a quedar callado, voy a darle una vuelta al chiste de la poronga gorda del payaso del circo, y esperar a ver cómo la risa se roba tu cara una vez más.

1 comentario:

Yoli dijo...

voy cometer el error calculado de repetir un comentario anterior: qué pasa que nadie te comenta?, te cuento que no comentaba, pero siempre pasaba a leerte...
y ese "hola" ha sido á veces tan deseado, tan soñado, que ya deja de ser esperado en la realidad... y la sonrisa ya se desdibujó en el recuerdo...

saludos!