domingo, octubre 30, 2011

Ardimos.

Ardimos. Ardimos varias noches, días; mas ardimos. Ardimos.
Lloramos, caímos varias noches, días; mas perdimos, lloramos.
Bailamos, bailamos varias noches, días; mas bailemos, bailemos hoy.
Tú sabes mi amor como es...
El cielo siempre azul...
Traéme amor.

Lo importante es entender que la tragedia de amar reside en lo inevitable que es que ese amor que uno vive y respira es un recurso natural no renovable.
Después de años de tratar de entender que es lo que Manuel Moretti y sus Estelares están diciendo, ahora, cuando lo estoy escribiendo, lo entiendo. Manuel es, para mí, un gurú. Él y sus canas están diciendo con la voz de la experiencia lo que a mí me cuesta tanto escribir y filmar.

Manuel dice, claramente, que el amor es una gota de agua en un río. Un río que va pasando, y que cualquier ilusión de permanencia es eso: una ilusión. Nos armamos ilusiones, creemos que el amor responde a las mismas leyes que los otros elementos que componen nuestra vida, y su ilusión de presente perpetuo, que nos hace olvidar el peso del pasado y la amenaza del futuro es una tragedia en sí misma. La felicidad que construimos alrededor de ella es el cimiento de la tragedia que nos regalamos.

Y lo dice en todas sus canciones, con ritmos pegadizos y en medio de apologías del egoísmo. Lo entiendo ahora, cuando entiendo porqué, de todas sus canciones que me afectan tanto, todas ellas, "Ardimos" es la que más se me pegó.
Es una canción simple.Si le sacamos las redundancias, queda eso que pongo arriba. Quemamos nuestra verdades con una persona y ahí se acaba. El amor es mirar un fuego en su auge y creer inocentemente que esas llamas van a durar para siempre. La tragedia es ver a una mujer que se aprecia y tratar de recordarle el fuego que hicimos alguna vez.

Es muy triste. Es muy triste pensar que uno entiende inconscientemente que es más productivo encender un fósforo por noche que hacer una hoguera eterna.

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