lunes, enero 04, 2010

Una vez más

Vuelvo a una Buenos Aires que me es ajena.
La gente cambió, así como mi forma de verla.
Sigue hermosa, tácita, consecuente.
Puliendo su belleza en la distancia.

Vuelvo a buscar, lúdico,
lo que a propósito dejé.
Y ya no se puede:
Ya no están los espacios,
Ya no acepta mis caricias.
Me olvidé sus caminos,
Y ella recordó mis mentiras.
Tiene los labios acostumbrados a los nuevos besos
Que yo no le di.

Yo le digo que
La quiero, que
La extraño, que
Me es.
Y ella no escucha,
sorda ya de todas las murgas
que me inventé con su piel.

2 comentarios:

Pasajera en trance dijo...

Coincidencia de temática en nuestras útlimas actualizaciones :)

Pero yo, a diferencia de vos, siento a la ciudad en donde vivo como propia y a aquella que me vio nacer y crecer como ajena. No sé si es el deseo de no recordarla y de que no me recuerde o qué, pero la tierra que elegí, la que me escucha hoy por hoy y hace ya casi dos años, es única e irremplazable.


Al margen, siempre me gustó este blog... =)

Javiera Menay C. dijo...

Es increíble como borra la distancia.