viernes, abril 13, 2007

Chequeo anual

- Siéntese por favor, Sr. Robicheaux- Dijo, gentil, el médico en jefe de la sección del adulto mayor del Hospital General de Nueva Orléans.

Sin mucha prisa, y mirándolo lo suficientemente grave como para que ese doctorsucho sepa quién era él, el Sr. Robicheaux se sentó en la silla. Tenía razgos finos y delicados, pero una mirada tenaz que siempre le había valido el respeto de sus empleados . Nunca necesitó castigar a sus hijos; sólo los miraba insistentemente y para ellos era castigo suficiente.

- Dígame doc- El Señor Robicheaux miraba su sombrero apoyado en la silla de al lado. Haciendo una pausa dramática, posó sus ojos lagañosos en el médico, y continuó- ¿Cuánto me queda?

El doctor rió levemente, para distender un poco el ambiente. Se levantó de la silla, y caminó a la ventana. Recordó cuando niño, sin las preocupaciones actuales. Nunca se imaginó que ser médico era más conversación incómoda con los pacientes que lo que había visto en ER.

- Señor Robicheaux, la verdad es que no sé como decirle esto.
- Vamos, hombre, no le dé tantas vueltas.

El Doctor miró al Sr. Robicheaux a los ojos. Él ya estaba aplicando ESA mirada. Dios, esa mirada era muy pesada. Sintió una punzada entre los ojos. Sacudió la cabeza, y se decidió.

- Eh, Sr. Robicheaux, Usted…- Era increíble lo mucho que le costaba.
- ¿Yo qué?- El Sr. Robicheaux ya se estaba enojando.
- Ud. Es una mujer de 55 años, no un hombre de 80. Y lo que tiene es menopausia.

Ambos se miraron. El Sr. Robicheaux tomó su sombrero, y salió de la sala. El doctor se dejó caer en su silla, aliviado

1 comentario:

Delirante dijo...

Apa...

Qué pedazo de noticia, eh?

Saludos :)!