domingo, diciembre 09, 2012

Domingo a la tarde.

Tengo tiempo olvidando que existe
Una convención que nunca acepté.
Vuelvo del chino cargando las bolsas,
Que no pedí y que no quiero tener.

Porque otra vez es domingo a la tarde,
Y no me importa que exista el sol.
Hoy, mi voz no vibra y mi alma no arde,
Hoy me hundo en lo solo que estoy.

Unos puchos con mates y series,
Que pasan sin dejar cicatriz.
Y la espera anodina por verla,
Otra vez acechar mi jardín.

Porque otra vez es domingo a la tarde,
Y no me importa entender lo que soy.
Hoy otra ausencia de la que hacer alarde,
Hoy, otro día en que ella no volvió.


1 comentario:

Yoli dijo...

malditos domingos en la tarde!