viernes, enero 18, 2008

Una de tantas veces

Lo único de lo que era consciente, flotando sobre la resaca y el mareo, es que era muy temprano, y que la noche anterior me había fumado todos mis cigarrillos. Yo dormía del lado de la pared, y no quería despertarla. Además me daba más paja ir a comprar cigarros que sufrir el síndrome de abstinencia. Igualmente, a los 10 minutos me había salido de la cama, y revisaba el cenicero buscando alguna colilla con un resto decente de tabaco. Por suerte, mis cigarros eran muy fuertes para ella, y los apagaba casi en la mitad.

Mientras me preparaba mi café con leche me fumé el segundo medio cigarrillo. El sabor a cenicero era horrendo, y se me pegaba en la garganta, haciéndome toser con flema. Ojalá ella siguiera durmiendo al menos media hora más, que yo quiero quedarme en mi mundo un rato más, sólo con mi café, mis colillas y mi flema. Escuché mis sábanas moverse, y un vaso de vidrio rodar por la alfombra. Deseé que no tuviera líquido, porque sería un pegote para cuando me dignara ir a ver.

Ella entró en la cocina, y se sentó en el desayunador al tiempo que yo me acercaba mi café con leche. Me miró tomármelo, y yo le dije que la leche y el café estaban donde siempre habían estado. Refunfuñó ininteligiblemente la esperanza de que yo se lo hiciera, y se volvió a la cama. Me dijo que para desayunar sola mirando mi cara desconectada de las mañanas, prefería volver a dormir.

Siempre le envidié la capacidad de retomar el sueño donde lo dejó. Pero ella no tenía mi café, las colillas ni mi flema matinal para acompañarla en los insomnios de estas mañanas cyan, frías y húmedas.

3 comentarios:

theremin dijo...

tenía un novio que se dormía plácidamente aún cuando nos acabábamos de pelear. Una madrugada, borrachos, habíamos discutido algo, luego comido en silencio y luego acostado. el se durmió enseguida y yo me quedé llorando a su lado hasta que se hizo de día y su madre me abrió la puerta.
me hiciste acordar.
te odio.

guayi dijo...

solo en la soledad de la compañía...
mal humor mañanero o buscando la soledad.

guayi dijo...

Vivo con un ser así, cada mañana tiene su tiempo para regresar a la realidad!!! unos somos nocturnos otros mañaneros...vivan las diferencias!!!!