jueves, noviembre 15, 2007

Desvelo

Es bastante temprano. Creo que como las cinco, cinco y media. Yo ya estoy despierto, con los ojos clavados en el techo, que tiene una textura bastante caprichosa. Ahora que veo bien sin lentes la pareidolia es mucho menos frecuente que antes, y el desvelo, por tanto, menos entretenido. Cuando era chico mi mamá dejaba secando ropa en una silla junto a la estufa, y desde mi cama la veía, y distinguía gente sentada, o caras de animales. Una vez vi a Mickey en una pila de ropa.

Pero ahora somos yo, mi vista perfecta, y el amanecer. No debo salir de la cama; sería amoral hacerlo a esta hora. Pero el techo me hace pensar en cosas en las que no quiero pensar. Mierda, extraño mi visión borrosa, que me dejaba imaginarme lo que quisiera. ¿Te acordás que a vos te gustaba hacer eso? Ir por la vida medio a ciegas, inventado realidades. Bueno, vos decías que era para evitar partes de la realidad que no te gustaban, pero bueno; son partes de lo mismo. Hoy no te sacás los lentes nunca, tampoco. Es raro, ¿no?

El sol cada vez brilla más, y la textura del techo empieza a ser más pronunciada. Si entorno los ojos, se me nubla la vista un poco, y puedo vislumbrar algunas formas. No, no puedo. Sólo textura. Mierda.

Por ahí tengo algún mail, o algún blog actualizado. Si salgo de la cama no me vuelvo a dormir. Podría leer. Me quedan dos libros; uno de Leo Maslíah (me va a explotar la cabeza si leo otra de sus novelas) y ese de Palahniuk, que le leí el primer capítulo y mucho no me gustó. Pero me costó cuarenta mangos, así que ahora lo leo.

Mi cuaderno está lejos. Éste último mes estuve durmiendo con él al lado de la cama. Así cuando me despertaba a mitad de la noche podía garabatear las cosas que se me ocurrían. Infructuoso. Cuando tenía diecisiete años podía vomitar letras como si doliera, pero lo más pancho. Hoy las letras me cortajean la garganta cuando las vomito y pocas veces salen cosas lindas o que valgan la pena. Mejor sigo mirando el techo. Ya deben ser las siete, más o menos. En media hora puedo ir a desayunar sin sentirme mal.

5 comentarios:

Langosta dijo...

Espero de verdad que hoy no te desveles!!!

:)

Berenizz dijo...

Insomnio, habitual cuando uno anda triste y tortuoso precisamente esos dias.
Lo del cuaderno al lado de la cama me gusto... y me di cuenta que en gral se me ocurren cosas para escribir antes de dormir o cuando voy en bondi, que inoportuno! porque sera?
Besos

Natavilu dijo...

Intentamos trabajar la literatura de Blog como un espacio alternativo al que constituye el canon literartio en nuestro país...
(Estamos lejos de Huidobro, Mistral y Neruda...)
Nos interesa tu comentario:
http://letralterna.blogspot.com/

theremin dijo...

Amor! Qué pero qué tristeza. Sabés que yo también antes no usaba mucho los anteojos, después empecé a usarlos todo el tiempo menos los fines de semana cuando salía, y me gustaba ver borroso y mal. Pero hace poco tomé una decisión drástica: me compré lentes de contacto para los fines de semana, inclusive con un poquito más de aumento que los anteojos. Así que ahora veo todo perfecto perfecto. Y sabés una cosa? No está tan mal. Tu decisión en cambio, no solo fue drástica sino irreversible.

Qué bueno eran los 17, los 18... qué mal estaba uno, cómo escribía! Mis cuadernos de esa época son tremendos, me sorprenden de verdad.

Lo último: hace como dos semanas que me encuentro con mucha gente q se siente mal (generalmente por problemas de pareja). Me acuerdo de mi año 2006 inevitablemente. Pero pasó, terminó y me siento por lo menos bien. Cuanto me alegro de que haya terminado.
A lo que voy es que, trust me, te va a pasar lo mismo.
besos!

La de Mameluco dijo...

Un placer leerte como siempre, aunque sea después de tanto tiempo. Muy visul, creo que me imagino tu casa ya.
Bendito tu insomnio!!